En las primeras etapas de la vida, es importante diferenciar la obesidad causada por anormalidades genéticas de aquellas influencias comunes.

Una sola alteración a un gen puede tener un efecto importante sobre el índice de masa corporal, presentando aspectos genéticos poco frecuentes y comunes de obesidad, especialmente en los niños.

La obesidad infantil es un problema de salud que representa riesgos importantes para los individuos afectados, ya que favorece la aparición temprana de alteraciones metabólicas crónicas como la diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedad cardiovascular, etc.

Diferentes estudios han demostrado que la predisposición a ser obeso y otras condiciones relacionadas tiende a ser más parecida entre individuos genéticamente relacionados que en aquellos que no tienen ningún parentesco.

La heredabilidad aditiva es un parámetro que indica la proporción en las variables que puede presentar un rasgo en la persona atribuible a los factores genéticos. En el caso del índice de masa corporal (IMC), la heredabilidad aditiva tiene valores de 40 a 70 por ciento de influencia en los seres humanos.

Sin embargo, los casos de obesidad derivada de alteraciones cromosómicas o condiciones monogénicas, representan una muy pequeña proporción de los casos de obesidad y sobrepeso, por lo que los estudios genéticos solamente se deben de utilizar para descartar que esta sea la razón de su padecimiento.

Fuente: Artemisa en línea

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